11 de septiembre de 2010

LA ESCOLASTICA EN EL SIGLO XIX Y XX

A partir del renacimiento la Escolástica fue subestimada, hasta el punto de llamarla la “era de las sombras”. Sin embargo, la iglesia la ha conservado siempre como un gran tesoro intelectual. En especial la filosofía de Santo Tomás de Aquino, personificación de la escolástica.
            Consecuente con esa realidad, el papa León XIII, al hablar en 1879 sobre la formación que había de darse en las universidades católicas, hizo saber: “nada nos es más grato ni más apetecible como el que todos suministréis con la máxima riqueza a la estudiosa juventud los ríos purísimos de sabiduría que sin cesar manan de la riquísima fuente del Angélico Doctor.”[1] Así reafirmó que para la Iglesia la Escolástica era la base filosófica para el pensamiento cristiano.  
Igualmente el papa Pio XII, en 1939, reafirmó esta decisión: “Sabiamente hase instituido y rigurosamente ha de cumplirse, que los profesores enseñen totalmente la filosofía racional y la teología y formen en ellos a los alumnos según el método, doctrina y principios del Angélico Doctor y los sigan rigurosamente.”[2] Según esto, los seminarios y universidades católicas han de ser instruidos, con mayor razón, en los conocimientos y métodos producidos durante la escolástica, “rigurosamente”, como dijo el Papa. 


[1] LEON XIII, Aeterni Patris Filius 17
[2] Pio XII, A los alumnos del Santuario 3

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