8 de diciembre de 2010

Utilización de las nuevas tecnologías como medio y como método para la educación.

La educación es uno de los elementos más importantes en toda sociedad, si no es el más importante. En efecto, a través de la educación, es posible cambiar la realidad de vida de una sociedad entera, ya que, en el proceso de formación de las personas, es posible ir moldeando su conducta para lograr un fin determinado. Lamentablemente, en nuestro país, no siempre se ha dado a la educación el lugar que esta merece. Además de que no se le ha dado la continuidad a los proyectos macro emprendidos.
            Sin embargo, es importante resaltar que con la evolución de las tecnologías de la comunicación, la educación ha recibido un fuerte apoyo, pues, las mismas, han ofrecido tanto a los docentes como a los alumnos, grandes oportunidades en el proceso enseñanza- aprendizaje.

24 de octubre de 2010

Oppenheimer dice que la educación es la única vía para que Latinoamérica supere atraso

Solo un gran acuerdo nacional entre grupos sociales, sindicatos y partidos puede convertir en prioridad alcanzar una educación de calidad para “salir del hoyo” y superar el atraso ancestral, dijo el periodista y escritor Andrés Oppenheimer.
El periodista argentino, quien visitó México para promover su más reciente libro, “Basta de Historias” (Debate, 2010), calificó como “un disparate total” que los latinoamericanos estén “tan obsesionados por el pasado”.
‘Los partidos y sindicatos pueden mantener discrepancias, pero en materia educativa deben establecer acuerdos’, aseguró

El papel del docente como sujeto social

La labor del docente en nuestra sociedad, suele ser menospreciada con frecuencia, en gran parte, por tratarse de una profesión que no persigue fines económicos. Si bien es cierto, el docente, no recibe las mejores remuneraciones correspondientes a su arduo trabajo. Sin embargo, es importante resaltar el papel del mismo y el alcance de la docencia en una sociedad.
            En manos de los profesionales de la enseñanza está en gran parte el futuro del país, pues, dependiendo de lo que se enseña hoy en las escuelas, liceos y universidades, veremos un tipo de ciudadano en el mañana.

La educación en la Venezuela del siglo XXI



Actualmente Venezuela se encuentra en un momento histórico muy particular, en efecto, la situación política-económica- social que atraviesa nuestro país ha afectado de forma negativa todos los campos de la vida diaria de los venezolanos y venezolanas. Así, estamos ante un proceso denominado el socialismo de siglo XXI, con ideas de aplicación marxista- castrista, donde los poderes e instituciones del país se han parcializado como apoyo a un régimen totalitario que, por razones constatables con la realidad, no busca el bien social.
Ahora bien, ante un panorama como este, hablar del sistema educativo venezolano, es hablar de un sistema muy bien organizado en teoría, en las leyes, en el ideal; pero que cuando lo confrontamos con la realidad, vemos que dicho sistema no se lleva a cabo de la mejor manera, pues encontramos deficiencias marcadas en los diversos campos de la educación.

18 de septiembre de 2010

Sentido y origen de la muerte

El ser humano, por naturaleza, busca una explicación a los diversos acontecimientos que en su tránsito por este mundo va experimentando, así, constantemente se pregunta, qué es el hombre, el porqué de su estadía en el mundo, qué es el mundo… sin embargo, al hablar de la muerte, la naturaleza humana entra en crisis. En efecto, por naturaleza, el ser humano tiende a la vida; pero consigue que está condenado a muerte desde su nacimiento. Esta condenación es una agonía que afecta al hombre, no sólo en el preciso momento de morir, pues la muerte no es un instante, la muerte es una constante, se comienza a morir desde el momento en que se toma conciencia de que estamos condenados, de que nada puede evitarnos tal experiencia. “El hombre es un ser muriente tanto como ser viviente”[1]

Soren Kierkegaard, La paradoja de la fe ante la muerte

La muerte es un fenómeno del cual no podemos escapar, todo aquel que vive tiene por seguro que morirá. Por tanto, se trata de una de las etapas más temidas por los seres humanos, ya que, sea cual sea la interpretación que hagamos sobre este fenómeno, terminará siendo un misterio que sólo descubriremos en cuanto llegue el momento de partir. Por ello, la realidad de la muerte, genera en los hombres un sentimiento de angustia e incertidumbre por su destino final.

Soren Kierkegaard, Filósofo y teólogo danés del siglo XIX, existencialista cristiano, considerado el padre del existencialismo, nos presenta un planteamiento que puede servirnos al momento de abordar el tema de la muerte. 

14 de septiembre de 2010

La Felicidad en la Ética a Nicómaco de Aristóteles (Lib. I)

Aristóteles, en el libro primero de la Ética a Nicómaco, se refiere a la felicidad como un cúmulo de bienes, idea que hemos de profundizar más adelante. “Bien es aquello a que todas las cosas tienden”[1]. En efecto, todas las ciencias, artes, estudios, trabajos… tienden a un bien determinado; más aún, todo ser humano en su actuar tiende a un bien determinado. Sin embargo, no todos los bienes son iguales. En efecto, “los bienes pueden decirse de dos modos: unos por sí mismos y otros por éstos”.[2] Es decir, hay bienes que por sí solos son suficientes, no necesitan de nada más para constituirse como tales; mientras que otros existen en base a estos otros.  
“Si existe, pues, algún fin de nuestros actos que queramos por él mismo y los demás por él, y no elegimos todo por otra cosa -pues así se seguirá hasta el infinito, de suerte que el deseo sería vacío y vano – es evidente que ese fin será lo bueno y mejor.”[3] Con respecto a esto, Aristóteles se plantea la posibilidad de un bien por el cual todos los demás alcancen su sentido. Efectivamente, este bien por el cual elegimos todas las cosas es la felicidad: ella es quien da sentido a todo cuanto hacemos.

12 de septiembre de 2010

San Agustín, Enarraciones sobre los salmos. Comentario al Salmo 83

Los Salmos ocupan un lugar muy importante dentro de la Biblia. En total son 150. El conjunto de todos los salmos conforman el salterio. Son atribuidos a autores diversos siendo los más destacados el rey David y el rey Salomón; otros, en cambio, son anónimos. En las Enarraciones Sobre los Salmos San Agustín nos legó un gran número de conocimientos filosóficos y teológicos, los cuales parten de la enseñanza cristiana contenida en las Sagradas Escrituras.
En esa obra San Agustín ha vaciado gran parte de su pensamiento y de su sentir sobre la felicidad. En nuestra investigación hemos localizado muchos salmos referentes a la alegría, el gozo y la felicidad [1], comentados por San Agustín. Entre ellos resalta el salmo 83, y lo hemos considerado de mayor interés para nuestra limitada investigación.

11 de septiembre de 2010

La felicidad en Juan Pablo II

Entre los filósofos y teólogos contemporáneos de formación escolástica encontramos a Juan Pablo II.[1]  Se doctoró en filosofía en el Angelicum, Roma, regidos por los Dominicos, correligionarios de Tomás. Se llama Angelicum, por el título de Doctor Angelicus dado a Santo Tomás.
Desde su ordenación sacerdotal hasta el postconcilio, 19 años, Karol Josef Wojtyla celebró según el misal de Pio V que comenzaba con el versículo 4 del salmo 43: “llegaré al altar de Dios, al Dios de mi alegría”, y seguía: “te alabaré gozoso con la cítara, oh Dios, Dios mío”[2]. Así, pues, Jesús es signo de Dios, signo de la felicidad misma, en Él la felicidad se ha encarnado.
Entre todas las obras del Papa Juan pablo II, hemos de abordar su pensamiento sobre la felicidad expresado en su primera encíclica Redemptor Hominis[3]. En ella, se propone como tema central la redención del ser humano en Jesucristo. Esta encíclica nos brinda múltiples aportaciones sobre la felicidad.

LA ESCOLASTICA EN EL SIGLO XIX Y XX

A partir del renacimiento la Escolástica fue subestimada, hasta el punto de llamarla la “era de las sombras”. Sin embargo, la iglesia la ha conservado siempre como un gran tesoro intelectual. En especial la filosofía de Santo Tomás de Aquino, personificación de la escolástica.
            Consecuente con esa realidad, el papa León XIII, al hablar en 1879 sobre la formación que había de darse en las universidades católicas, hizo saber: “nada nos es más grato ni más apetecible como el que todos suministréis con la máxima riqueza a la estudiosa juventud los ríos purísimos de sabiduría que sin cesar manan de la riquísima fuente del Angélico Doctor.”[1] Así reafirmó que para la Iglesia la Escolástica era la base filosófica para el pensamiento cristiano.  
Igualmente el papa Pio XII, en 1939, reafirmó esta decisión: “Sabiamente hase instituido y rigurosamente ha de cumplirse, que los profesores enseñen totalmente la filosofía racional y la teología y formen en ellos a los alumnos según el método, doctrina y principios del Angélico Doctor y los sigan rigurosamente.”[2] Según esto, los seminarios y universidades católicas han de ser instruidos, con mayor razón, en los conocimientos y métodos producidos durante la escolástica, “rigurosamente”, como dijo el Papa. 


[1] LEON XIII, Aeterni Patris Filius 17
[2] Pio XII, A los alumnos del Santuario 3

La Felicidad en Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino, es, sin duda, la figura representativa de la escolástica. De allí que se le considere el más grande de los filósofos cristianos. Tomó como tarea principal en su vida filosófica interpretar desde una visión cristiana las obras de Aristóteles. Con respecto a nuestro tema, Santo Tomás nos ha dejado su comentario a la Ética a Nicómaco. 
En dicho comentario, Santo Tomás analiza la idea de la felicidad. En primer lugar la conceptúa como un bien, que ya Aristóteles definía como “aquello a que todas las cosas tienden”[1]. El comentarista advierte que “ha de considerarse que dos son los principios de los actos humanos: el intelecto o razón y el apetito, que son principios que mueven, como se dice en el libro Del Alma… Todo esto esta ordenado a un bien como fin.”[2] Así pues, los actos humanos ya sean de apetito –de las apetencias naturales-, o de la razón, en las que nuestro intelecto tiene la prioridad, entre las cuales distinguimos lo especulativo y lo práctico,  tienden a un bien determinado como fin. Así, pues, distinguimos los actos de hombre, según los cuales actuamos movidos por los apetitos y por tanto son aéticos, y los actos humanos, donde interviene propiamente la razón y la libre voluntad: éstos son éticos. Ambos, tienden a un bien como fin. Ahora bien, la felicidad es un bien al que todos tienden.
Sin embargo, la historia enseña que el ser humano se equivoca, pues muchas veces busca como real lo que es apariencia de bien, lo que se llama en la Escolástica “el mal bajo apariencia de bien”. Ven el mal como un bien; y lo siguen porque siempre se tiende al bien. 

9 de septiembre de 2010

PLATÓN: TIMEO



Este Dialogo platónico ejerció una fuerte influencia a finales de la antigüedad y durante toda la edad media, se trata en rigor de una teología y una cosmología. Como ejemplo de esta influencia vemos que en su fresco La escuela de Atenas, Rafael presenta a Platón sosteniendo el Timeo. En dicho dialogo participan Sócrates, maestro de Platón, como un interlocutor secundario, Timeo como interlocutor principal, Critias y Hermócrates.

4 de septiembre de 2010

La Pobreza, una llaga para nuestra sociedad…

Básicamente podemos hablar de dos tipos de pobreza, la pobreza mental o educacional, que viene dada por una mala educación de la persona, lo cual, genera que todo aquello que es o tiene, sea pobre. En efecto, esta es la gran pobreza, que incluso gente con mucho dinero llega a padecer y, la misma, produce una gran infelicidad en las personas, porque aún cuando poseen mucho, no son nada, son personas pobres de mente o de espíritu.

3 de septiembre de 2010

EL ÉXITO Y LA FELICIDAD

Todo ser humano vive la vida desde una vocación determinada, es decir, cada quien se siente llamado a desempeñar un papel en el mundo, así, encontramos cantidades de profesiones que cada día se hacen más, dependiendo de los nuevos descubrimientos que en la evolución del mundo se van presentando. Efectivamente, encontramos profesionales de la educación, la ingeniería, la medicina, el deporte, el arte, la música, la filosofía…, si bien es cierto, cada quien desde su vocación personal: desde sus inclinaciones personales hacia aquello a lo que se siente llamado, experimenta gozo en la realización de su trabajo, y desde allí, busca encontrar la felicidad.

San Agustín: En busca de la felicidad

La felicidad es el bien más anhelado por los seres humanos. Todo ser humano aspira a ser feliz. Todos sus actos se encaminan a la consecución de tan excelso bien. Sin embargo, no es muy común conceptualizar la felicidad en la filosofía, muy pocos se han dedicado a escribir o hablar sobre la felicidad; tanto, que es algo difícil encontrar un tratado monográfico sobre la felicidad. Tal vez, la razón es que nos encontramos ante algo tan común y tan rutinario que es más productivo ocuparse en otros temas.
Por ello, vamos a detenernos en el pensamiento de San Agustín, filósofo y teólogo cristiano.[1]  Sus obras nos muestran la profundidad con que expresa todo su pensar. Hemos de investigar su abordaje del tema de la felicidad en su obra Confesiones
Así pues, en esta obra, San Agustín  refirió de forma autobiográfica, con apasionado estilo literario, los episodios más dramáticos de su vida. En sus páginas expuso vivencialmente parte de su pensamiento teológico y filosófico. Encontramos en ella claras descripciones, aproximaciones, al tema de la felicidad.