En reiteradas ocasiones
me han dicho que si la Sagrada Escritura en el decálogo dice: “No te harás
escultura ni imagen alguna, ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que
hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra” (Dt.
5,8), por qué nosotros los cristianos católicos insistimos en venerar en el
culto litúrgico las imágenes.
Quienes basados en este
pasaje, lo toman aisladamente y no analizan el contexto y el idioma en el cual
fue escrito dicho pasaje, cometen un error. Las sagradas Escrituras, no son un
libro, son un compendio de 73 libros, entre los cuales, cada uno tiene su
propio contexto histórico y por tanto sus propias circunstancias que lo
envuelven. El Antiguo Testamento fue escrito en hebreo y arameo mientras que el
Nuevo Testamento fue escrito en griego. De modo que para comprender realmente
lo que quiere decir un texto de la Escritura Sagrada, es imprescindible tomar
en cuenta todos estos elementos. Lamentablemente, la mayoría de los pastores de
las sectas protestantes, no cuentan con la preparación necesaria para acercarse
a un estudio objetivo de la Escritura, y por eso, con argumentos fanáticos y
falaces nos acusan a los católicos de idolatría, sin si quiera tener claro qué
es realmente tal cosa.
Lo que, tal vez,
ignoran los que interpretan al pie de la letra estos pasajes es que ese mismo
Dios que pide en el decálogo no hacerse imágenes, luego manda a Moisés hacer
una imagen de una serpiente de bronce (Ex. 25,18-22) para echar atrás una plaga que había mandado
ante la rebeldía del pueblo, incluso manda a que quien mire dicha serpiente no moriría
por las picadas de las serpientes enviadas como castigo contra el pueblo.
También bajo la mirada de este mismo Dios, Salomón en la construcción del
Templo de Jerusalén, casa de Dios, se construyen imágenes de querubines y son
bañadas en oro (1Re 6,23-30). También en el Templo había imágenes de animales
cubiertas en oro (1Re 7,29).
Entonces ¿qué diremos
ante estos pasajes?, ¿Dios se contradice?, ¿Es bipolar? ¿En una parte le gustan
las imágenes y en otra no? De ninguna manera pensaremos esto de Dios,
justamente, porque la Escritura hay que saberla leer e interpretar, tomando en
consideración todos los aspectos que envuelven los textos sagrados, que si bien
son Palabra de Dios, también son Palabra del hombre, porque fueron los hombres
inspirados por Dios quienes escribieron dichos pasajes. En toda ocasión Dios
está en contra de rendir el culto que sólo Él merece a una imagen, pero no está
en contra de la imagen, pues estos signos no sólo embellecen estéticamente los
lugares sagrados, como el templo de Jerusalén, sino que elevan el espíritu
hacia Dios. La verdadera prohibición de Dios, que no cambia en ningún pasaje de
la Escritura es a no tener otro Dios fuera de Yahvé, el único Dios (Dt.6,4).
Cuando se instituye el
decálogo, después del pueblo de Israel ser liberado de la esclavitud de Egipto
y estando en el desierto, Dios le da al pueblo los 10 mandamientos para regular
la conducta de los judíos. El primero de estos mandamientos reza lo que hemos
citado anteriormente (Dt. 5,8). Sin embargo, es importante tener en cuenta, que
en el tiempo cuando se escribe dicho mandamiento, los pueblos vecinos a Israel
contaban con divinidades representadas por imágenes, cada pueblo tenía su dios
o dioses que consistían en imágenes a las cuales, los miembros de estos pueblos,
rendían adoración. Incluso el pueblo de Israel, cuando Moisés sube al monte
para buscar las tablas de la ley, viendo que tardaba mucho (quizás creyeron que
había muerto), funden sus prendas, se hacen un becerro de oro y lo adoran como
a su Dios (Ex. 32,1-4). Es, justamente, esta realidad la que quiere evitar el
Dios invisible cuando manda a no hacer imágenes a los judíos. El mandamiento sigue
diciendo: “No te postrarás ante ellas ni les darás culto.” (Dt.5,9), dejando
claro así, el Señor, que estaba prohibido tener otro dios fuera de Él.
En este sentido, los
católicos en ningún momento y bajo ninguna circunstancia tenemos otro Dios
fuera de Yahvé, Él es el único Dios. Mas esta realidad no echa a un lado la
veneración que sentimos hacia la Virgen María y los Santos. En la Iglesia
existen tres tipos de culto: la Latría o adoración, que se le rinde única
y exclusivamente a Dios, consiste en reconocer la divinidad y rendir todo lo
que somos y tenemos ante este Ser único. La Dulía o veneración, que se
rinde a los santos, personas que han vivido de tal manera que la Iglesia cree
que ya están en el cielo, por eso son presentados como ejemplos a seguir y se
pide que nos ayuden con su intercesión desde la presencia de Dios. Y la Híper
Dulía, que se rinde a la Virgen María, por ser una creatura especialísima
de Dios y por ser la Madre de Dios, se le venera por sus excelsas virtudes, se
propone como ejemplo de todo cristiano y se pide que interceda ante su Hijo
Jesucristo en favor nuestro. Es cierto que a través de la oración a la Virgen y
los santos se han obtenido grandes milagros, sin embargo, es importante siempre
tener claro que el milagro lo hace Dios por intercesión del santo, la obra
siempre es de Dios y en esto muchos cristianos católicos caen en error.
¿Qué significan las imágenes
en nuestros templos y casas? Primero embellecen nuestros lugares de culto y por
otra parte son como esas fotografías de nuestros familiares difuntos que
tenemos en un lugar especial de la casa (La foto de una buena madre o padre, de
un buen hijo). Las imágenes de los santos que veneramos con mucho cariño, nos
recuerdan que es posible ser santo y que hay personas que nos esperan en el
cielo y pueden echarnos una mano, porque están más cerca de Dios.
Espero este artículo
pueda aclarar a mucha gente que, por los comentarios que hacen las sectas
protestantes y la poca formación que tienen algunos cristianos católicos, caen
en confusión con este tema.
Muy oportuno y bastante fundamentado el argumento, me gusto... escribes muy bien George
ResponderEliminarMuy oportuno y bastante fundamentado el argumento, me gusto... escribes muy bien George
ResponderEliminarNos acorralan muchas veces con ese argumento de las imágenes. Es cierto que debemos leer e instruirnos para defender nuestros Santos y en especial a la Madre de Dios y nuestra Madre Virgen Maria. Muchas gracias!
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