En
la Biblia, “Bienaventurados” o “dichosos son los…”, es una fórmula corriente en
los Salmos y en la literatura sapiencial del Antiguo Testamento; también
aparece con frecuencia en algunos libros del Nuevo Testamento, especialmente en
Apocalipsis.
Lo primero que
intentaremos hacer, es una básica referencia etimológica sobre el tema que nos
compete, es decir, sobre la felicidad en las bienaventuranzas. Μακάριοι, es el adjetivo griego
utilizado en el Evangelio para introducir las gracias expuestas en el pasaje
bíblico de las Bienaventuranzas. Traduce, primeramente, dichoso, afortunado,
pero también se puede traducir como feliz[1]. De
esta última opción nos valemos para presentar el texto de las bienaventuranzas
como propuesta de felicidad en Jesucristo.
Las
bienaventuranzas, en los Evangelios, son un pasaje de «doble tradición»[2], se
encuentran ubicadas sinópticamente en Mateo 5, 3-11 y Lucas 6, 20b-22. Esta
sinopsis la abordaremos con mayor detenimiento, porque nos permitirá establecer
las similitudes y disparidades entre los dos textos.
Mateo
propone nueve bienaventuranzas. Lucas, por su parte, propone cuatro. En el
primero se proponen como dichosos o felices: los pobres (v 3), los mansos (v
4), los afligidos (v 5), los que tienen hambre y sed de la justicia, los
misericordiosos (v 7), los puros de corazón (v 8), los pacificadores (v 9), los
perseguidos a causa de la justicia (v 10), y los que son odiados a causa de
Cristo (v 11). En el segundo, son dichosos
o felices: los pobres (v 20b), los
que tienen hambre (v 21), los que lloran (v 21), y los que son odiados a causa
de Cristo (v 22)[3].
De
esta manera, observamos que coinciden: la primera de Mateo y la primera de
Lucas; la cuarta de Mateo y la segunda de Lucas; y las últimas de ambos. Por
otra parte, las segunda, tercera, quinta, sexta, séptima y octava de Mateo, les
son exclusivas, como lo es la tercera de Lucas, en su Evangelio.
Las bienaventuranzas, en el evangelista Mateo,
resultan espiritualizadas en comparación con la de Lucas, subrayando la
dimensión y eficacia de la virtud.
En
la narración, nos encontramos con el gesto de Jesús de levantar los ojos hacia
sus discípulos, acción en la cual reside la fuente de información e
identificación para las realidades descritas en los infelices, que merecerán la
felicidad eterna. Es algo así como ver que con Jesús, entra alegría en la
tribulación.
Al
hablar de cada uno de los macarismos, por mencionar alguno, en dichosos los
pobres, se puede, de alguna manera, evidenciar que Mateo se refiere a la clase
pobre, que constituía la gran mayoría de la población en el mundo
helenístico-romano. Su expresión ‘pobres’, es probablemente un eco de Isaías
61,1. Su ‘pobres de espíritu’ no es sustancial. Lucas habla de pobreza, hambre
y llanto, se percibe de él, quizá, una reflexión más en orden a lo social. Sin
embargo se puede deducir de ambos la dimensión social, más marcada en Lucas que
en Mateo[4]. Y
así, pudiéramos referirnos a cada macarismo.
Algunos
espirituales hablan del “pasaje evangélico de las bienaventuranzas, como un verdadero «autorretrato» de
Jesús, (…) es de principio a fin una paradoja”[5]. Es
que parece incoherente la propuesta de Jesús y el logro de la felicidad. Qué
contradicción observar cómo Jesús coloca la dicha en manos de los desdichados,
cuando de Aristóteles manejamos felicidad como cúmulo de bienes[6].
También Benedicto XVI sostiene que “las Bienaventuranzas son una paradoja”[7].
Antes hemos
dicho que las bienaventuranzas representan una propuesta de felicidad en
Jesucristo y, más que eso, podríamos decir que es su proyecto, porque con este
relato, inmerso en el contexto del Sermón de la Montaña[8],
comienza su vida de predicación y adoctrinamiento. En Mateo 5, 1 sube al monte,
a semejanza de Moisés, que desde el monte Sinaí da al pueblo instrucciones
morales y religiosas, consecuencia del pacto con Yahvé[9]. En
Lucas 6, 12-16, antes de pronunciar su propuesta doctrinal, selecciona a sus
seguidores, a quienes enseñará su propuesta de felicidad.
Es evidente que
la propuesta de Cristo no se refiere a la felicidad del ‘ya’, su felicidad es
la que Agustín habría definido como visión beatífica, que se lograría sólo en
el cielo. Esto se evidencia en los sufrimientos de los felices, es decir,
cuando Jesús expresa: felices los pobres, los que lloran, los perseguidos,
etc., culmina diciendo, “porque vuestra recompensa será grande en los cielos”[10], es
decir allí es donde encontraran la felicidad.
La Iglesia Católica
sostiene que el infierno consiste en estar “privado de la visión de Dios”[11]. Y
si antes hemos dicho que el cielo o en el cielo se encuentra la felicidad,
entonces podemos definir el infierno como infelicidad plena.
A continuación
nos detendremos en cada una de las bienaventuranzas para ver con detenimiento
el por qué de la felicidad paradójica y antitética que propuso y vivió Jesús:
[1] Florencio I.; Sebastián Yarza: Diccionario
Griego-Español. Editorial Ramón Sopena, S.A. Barcelona, 1988. Pág. 465.
[3] Cf. Boismard, B.;
Malillos, J.L.: Sinopsis de los Cuatro
Evangelios, 4ta edición. Editorial Desclée de Brouwer, Barcelona, 1987. Págs. 43s.
[4] Brown R.; Fitzmyer J., Murphy R.: Comentario Bíblico San Jerónimo, Nuevo
Testamento I. Ediciones Cristiandad. Madrid, 1972. Págs. 182s.
[5] Nguyen van Thuan, F. X.: Testigos de Esperanza, 6ta edición.
Editorial Ciudad Nueva. Madrid, 2000. Pág. 29. Cursivas nuestras.
[10] Mt. 5, 11.
Las Bienaventuranzas expresan cómo debe ser la vida del cristiano,cual es su verdadero sentido de vida y cómo podría obtener no sólo la felicidad,sino la vida eterna.Son llamadas El resumen del Plan de Dios para el Hombre.
ResponderEliminar"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos porque ellos poseen la tierra. Bienaventurados los hambrientos y sedientos de Santidad, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos conseguirán la misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos a causa de la santidad, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados ustedes cuando los maldijeren y persiguieren y dijeren, mintiendo, todo mal contra ustedes por mi causa. Alégrense, porque la recompensa de ustedes será grande en los cielos". (Mt 5,3-12).
Las bienaventuranzas es un grito de esperanza,donde nos recuerda que solo Dios es la salvación,seguimos teniendo a un padre misericordioso,un padre bondadoso,un padre amoroso donde para el lo que cuenta es el corazon del hombre y nos recuerda que debemos dejar a un lado las riquezas materiales,tener un corazon humilde para poder estar cerca de Dios y cerca del Reino de los cielos.
Ariagna Mendoza
9no año "A"
que es lo que todos deseamos? todos queremos ¨ser felices¨ y pensamos que encontraremos la felicidad en el tener más cosas, en la diversión, en el éxito, en la fama, en la comodidad, en los lujos(teléfono, computadora etc)pero esta es una manera errada de pensar, esta es una de las razones por la cual dios vino a explicar que la felicidad no está en el tener, el dominar, el disfrutar, sino en algo muy diferente: EN AMAR Y SER AMADO.
ResponderEliminarla felicidad es algo tan grande que la única y verdadera felicidad no está en la tierra sino en EL CIELO, en llegar a estar junto a Dios para siempre.
Jesús te dice en LAS BIENAVENTURANZAS, quiénes son los que deben sentirse bienaventurados, es decir AFORTUNADOS Y FELICES, porque van en el camino correcto para llegar al cielo.
nombre:Maria Isabel Mena Castro.
grado: 8vo A.
Les visito de El Salvador Centroamerica, desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
ResponderEliminarMI TESTIMONIO PARA LA GLORIA DE DIOS.
RECIBAN MUCHAS BENDICIONES